Río Sureño retrata el alma campesina de Mapaztlán, Anenecuilco y una vasta parte del oriente de Morelos, antes, durante y después de la Revolución. Nos muestra que la tierra, es más que el lugar que se ocupa para vivir… es el límite entre el esfuerzo humano y lo sagrado, es la madre que amamanta y sostiene, es el vientre en que asistimos al nacimiento, muerte y resurrección del maíz.