Los textos evocadores al pasado pululan; sus escritores son decididos panegíricos a través del teatro y la novela de las figuras auténticas ante las desgastadas inútiles y desgraciadas como Santa Anna lo podía representar a la perfección. Es por ello que ahora, sin soltar la madeja del tendido, viviendo en una comunidad cultivada en teatro e historia, jalo el mismo para intentar dejar plasmado lo que Altamirano hubiera querido dejar en sus mocedades. Me atrevo a escribir tres obras de teatro; las dos primeras en el 2000 y la tercera escrita en 1999…